Noche 10 - Destinos bifurcados

Aqua se había recuperado rápidamente y ahora practicaba con sus espadones, que deprendían la furia de Aqua en cada ataque.

-¿Por qué estás tan enfadada, hermana?- Nikkie estaba tumbado, con despreocupación sobre la rama de un árbol.

-Calla, no lo entenderías- dijo Aqua.

-¡Aqua, al despacho del director!- exclamó Helios.

-Huy, Aqua ¿qué habrás hecho?- preguntó Nikkie burlón, pero se calló cuando Destiny Soul le pasó rozando la oreja. Suspiró y se bajó del árbol.

-¿Por qué me sigues?- gruño Aqua.

-Simplemente… porque no tengo nada más que hacer- dijo llevándose los brazos detrás de la cabeza.

Llegaron al despacho del director y, tras llamar entraron. En la sala se encontraban Helios, Arua y el director.

-Aqua- dijo el director sonriente- Queríamos preguntarte por Kairi.

-¿Qué ocurre con ella?- preguntó Aqua indiferente.

-¿Sabes dónde está?- preguntó Arua impaciente.

-No, ¿por?- Aqua fingía muy bien la extrañeza.

-Pero… si estabais súper unidas, lo compartías todo, hasta el sujetador- dijo Nikkie extrañado.

-¡Mentira!- exclamó Aqua- yo las tengo más grandes, además… ¿tú como sabes eso?

-Vamos, que si lo compartíais.

-¡Qué no, contra!

La sala se sumió en un incomodo silencio.

-Esto… bien, Aqua, se dice que por aquí ha pasado un sangre pura, buscándoos… por lo que, tras la desaparición de Kairi, queremos ponerte a un protector- dijo el director.

-Encantado de conocerte, Aqua Hizumaya- dijo una voz a sus espaldas.

-¡Coño, que susto!- exclamó- ¡Qué manía con aparecer entre las sombras.

Se dio la vuelta y se quedó muda, detrás suya tenía a una copia exacta de Helios.

-Aqua, te presento a Rin Setsu, el hermano gemelo de Helios, a partir de ahora será como tu sombra- dijo el director.

-Cago en la puta- murmuró- adiós independencia

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Los rayos del sol se filtraban entre las hojas del bosque y se introducían suavemente en el gran tronco hueco del árbol. Kairi se sintió molesta ante su presencia y se internó más en el tronco hasta que se topó con el cuerpo dormido de Seif. Con los ojos entreabiertos observó su piel blanca y sus cabellos castaños que se movían levemente por la suave brisa que inundaba el tronco. La piel aunque presentaba aquel tono ligeramente pálido no era fría, al contrario, Kairi apoyó su cabeza en su hombro y sintió una gran calidez que la reconfortó. Tan cerca estaba que podía sentir su respiración. Xaru apareció y le tiró un cubo de agua encima.

-¡Ah!- chilló Kairi- Joder Xaru.

-Aléjate de él, aunque seáis casi familia no pienso tolerar esas confianzas- dijo mirándola con el ceño fruncido, tras lo cual se alejó.

Kairi estuvo un rato mascullando maldiciones hasta que Xaru ya no era visible. Se desperezó, se restregó los ojos y volvió a mirar a Seif. Aunque habían montado un gran alboroto su rostro seguía imperturbable.

Kairi agarró su colgante e invocó a Zero, en su forma humana, el joven estaba confuso.

-Kairi ¿dónde estamos?

-Por favor dame un abrazo- pidió Kairi. Zero aunque confuso se lo dio hasta que percibió a Seif.

-¡Qué es esto!- exclamó apartándose- Kairi ¿qué hace ese ahí, dormido… mojado… al igual que… tu… estabais juntos…- Zero hacía una pausa por cada palabra- ¿No habrás hecho algo de lo que te puedas arrepentir?

-Mal pensado- dijo cabreada Kairi dándole un buen capón.

-Lo siento pero ¿Y Aqua? ¿Dónde está?

Kairi bajo la mirada, sus ojos se entristecieron y su voz comenzó a quebrarse.

-No la volveremos a ver, a nadie de la academia- tragó saliva y alzó la vista- te lo explicaré.

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- Me siento observado- comentó Nikkie.

Él y Aqua se dieron la vuelta, y vieron a Rin, que los seguía a pocos pasos.

-Da un mal rollito…- Aqua se estremeció.

-¡A…A… Aqua!- exclamó una voz.

-Ese tartamudeo… solo puede ser Zet.

El joven venía corriendo hacia ellos, cuando vio a Aqua se tropezó y volvió a poner en pie.

-Te… tengo que hablar contigo.

-Vale.

-Pues… esto… que yo

-¡Eh, chaval, aléjate de mi protegida!- Rin se había acercado y había tomado al chico por la solapa.

-Jolines, Rin, déjale en paz- dijo Aqua, al ver que no le hacía caso comenzó a golpearle el pecho- ¡Suéltale!

Nikkie comenzó a gruñir amenazadoramente y se convirtió en dragón para proteger a su ama. Pero, entonces apareció una panera plateada que soltó un gruñido que los paralizó a todos. Rin sonrió.

-Gracias, Ferra- dijo.

La pantera se convirtió en una preciosa joven de pelo negro, cortado a la altura de los hombros, un pequeño lazo atándolo, de ojos azules y mejillas sonrosadas. Llevaba un vestido azul corto con cintas del mismo color.

-Esto…- dijo Aqua- ¿no eres un poco bajita

La chica se enfureció, le llegaba a Rin por la cintura, ese era un tema delicado.

-Niña insolente- temblaba violentamente su pequeño cuerpo.

Rin le puso una mano en el hombro, lanzándole una mirada de advertencia. La chica respiró hondo y se calmó.

-Soy Ferra, el rastreador de Rin- dijo con una sonrisa enigmática- es un honor conocerte Aqua Hizumaya, sucesora de la gran Izuya- terminó con una reverencia.

Aqua se puso colorada, no sabía dónde meterse de la vergüenza que sentía en ese momento.

“Si al menos estuviera Kairi” sacudió la cabeza, ¿qué estaba pensando?, Kairi era un vampira, su mayor enemiga, y la había atacado “Pero la echo de menos” pensó entristecida.

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-Aún estoy un poco sorprendido con esto- dijo Zero sacudiendo la cabeza.

Kairi seguía con la mirada entristecida, sus ojos habían perdido casi todo su brillo mientras relataba con detalle lo ocurrido los últimos 2 días.

-Seguro que ahora que lo sabes, me desprecias y querrás volver a la academia, eres libre de hacerlo.

-No lo haré- determinó- te lo prometí ¿recuerdas?

Zero sonrió, los ojos de Kairi se llenaron de lágrimas, abrazó a Zero con fuerza.

-Gracias.

Seif entreabrió los ojos, observando la escena, dio un suave respiro y se giró hacia otro lado.

Kairi y Zero se separaron. Ella se secó las lágrimas, mientras, Zero se percató de que de la bolsa de Kairi algo emitía una luz azulada.

-¿Qué es eso?

-El Artemis que rezuma electricidad, se deberá a que ahora soy una vampira por ello me repele, que irónico mi propia arma puede destruirme- dijo con resignación.

-Kairi- susurró Zero al verla tan decaída. No parecía la chica alegre que conoció al principio. Ahora sus ojos casi inexpresivos lo único que mostraban era tristeza.

-¿Por qué no salimos afuera?

-Es de día ¿recuerdas? no puedo, sal tú, así te despejas un poco, ya iré cuando anochezca- terminó sonriendo.

-Está bien- accedió esbozando una amplia sonrisa, se levantó, salió al exterior, se convirtió en su forma animal y se marchó.

Cuando ya no sintió su presencia, Kairi deshizo la sonrisa y volvió a adoptar un gesto de tristeza. Se apoyó contra la pared del tronco y se puso el brazo a la altura de los ojos y comenzó a llorar.

“Te echo de menos Aqua”

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Había pasado todo un día y Aqua estaba agotada, se desvistió y se puso el pijama azul.

-No puedo más- suspiró dejándose caer sobre la cama- Joder, no pensé que la echaría tanto de menos- se secó las lágrimas con la manga del pijama.

Nikkie, se había convertido en dragón, pero en uno recién nacido, se subió a la cama y se acurrucó junto a Aqua. Esta al sentir el calor del pequeño ser junto a su vientre sonrió.

-Gracias, Nikkie- susurró abrazándose a él- no sabía que pudieras hacer eso.

Normalmente, Nikkie era un dragón enorme, ahora apenas medía como un gato, sus escamas doradas brillaban a la luz de la luna, sus ojos eran enormes y luminosos y sus alas de la textura del terciopelo.

-¿Sabes?- continuó Aqua- Nunca pensé que la echaría tanto de menos. Es absurdo, es una vampira, yo una cazadora, debería odiarla, pero no puedo…

“Me pregunto dónde estarás, y si estarás a salvo”

Las lágrimas le salían a borbotones y su cuerpo se convulsionaba debido a los sollozos. Imágenes de todo lo que había pasado con Kairi se sucedían en su cabeza, como flashes.

Aqua abrazó a Nikkie, que dormía profundamente, aún más fuerte, y agotada se durmió.

Sus sueños eran agitados, y se convulsionaba, susurrando el nombre de su amiga. Su cuerpo se calmó cuando una mano le tocó la frente.

-Tiene un sueño bastante inquieto- dio Ferra ladeando la cabeza.

Rin miró a Aqua entrecerrando los ojos.

-La desaparición de Kyuritso encierra muchos misterios y ella está escondiendo todas las respuestas- dijo con voz fría.

-Vámonos Rin, que tengo sueño- se lamentó Ferra tirando del brazo de su cazador.

-Duerme bien, Izuya, mañana te espera un día muy largo.

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El sol despidió sus últimos rayos antes de desaparecer entre las montañas.

- Parece que ya podemos salir- dijo Seif sonriendo.

-Si…- susurró Kairi.

-Venga, anímate, que tenemos entrenamiento- dijo Seif dándole un golpe con el puño en el hombro.

-¿Entrenamiento?

-Claro, ahora eres una vampira pero necesitas controlar tus poderes recién despertados, sino podrías acabar provocando un desastre.

-Vamos, como lo que hacía en la academia de cazadores- dijo animándose un poco.

-No exactamente, el entrenamiento vampírico en más divertido

Kairi levantó las cejas extrañada.

-Sin reglas. Tras decir esto cerró los ojos y al abrirlos se habían vuelto granates, se colocó en posición de combate, se dirigió con rapidez a donde se encontraba Kairi y le asestó una potente patada que la joven aunque la vio venir solo pudo defenderla y aún así la desplazó veinte metro de su posición original.

-Los vampiro no necesitamos armas, nuestra lucha es cuerpo a cuerpo, incluyendo la magia- tras esto invocó dos esferas de fuego que volvieron a impactar en Kairi, derribándola.

Xaru, que se encontraba en su forma humana, disfrutaba de la escena, sonriendo con satisfacción, subida a un árbol y jugando con su pelo.

Zero apretaba los puños, estaba a punto de saltar para ayudar a Kairi, pero esta se lo negaba, se encontraba en una fuerte tensión.

-Vamos Kairi, levanta, tienes que concentrar todos tu sentidos, así podrás conseguirlo.

Kairi se llevó instintivamente la mano al bolsillo, en donde se encontraba el Artemis, pero se detuvo.

“No ya no soy una cazadora, soy una vampira”

Las pupilas de Xaru y Zero se hicieron más finas como las de un gato, se convirtieron simultáneamente en su forma animal.

-¡Vampiros Baku, Seif!- exclamó Xaru.

Kairi cerró los ojos y concentró todos sus sentidos.

-¡Kai…- Seif no terminó la frase.

Kairi había asestado una potente patada envuelta en llamas al primer vampiro, incinerándolo al instante.

-Sin reglas ¿no?- preguntó Kairi mirando a Seif, sus ojos se habían vuelto granates.

-Aprendes rápido- contestó sonriendo con seguridad.

Los dos vampiros, luchando codo con codo acabaron rápidamente con los invasores. Al terminar, chocaron las palmas.

-Buen entrenamiento, compañera- añadió Seif.

Kairi ya lo había decidido, se acabaron los lloros, ahora no tenía por qué preocuparse por Aqua, como ella misma había dicho, eran diferentes. A partir de ese momento sus destinos se habían separado.

-Os esperamos en la próxima noche-